ALGUNOS APORTES DE LA TEORIA DE LA ESTRUCTURACION DE ANTHONY GIDDENS PARA LOS ESTUDIOS DE RECEPCION: EL CASO DE LA EXPERIENCIA MEDIATIZADA

INTRODUCCION

El presente trabajo es parte de un proyecto de investigación que apunta a definir La incidencia de la cultura televisiva en el ambito escolar desde una perspectiva culturalista en la linea planteada por la Escuela de Birmingham y mas específicamente por los estudios sobre la recepción de autores como J. Lull, D, Morley, I, Ang y R. Sylverstone, Jensen y Murdock.. En ese marco y considerando que la "recepción" es un proceso de interacción social complejo, a largo plazo, mediado por distintas esferas y que excede al "momento de ver TV" (Orozco Gómez, G), definimos al espacio escolar como un escenario más donde los públicos realizan esos procesos de reapropiación del sentido que se originan en el consumo televisivo hogareño. De modo tal que la "incidencia cultural" televisiva puede ser comprendida como el producto de esos procesos realizados por los agentes en las interacciones que realizan en sus rutinas escolares. El rasgo que caracteriza esa particular producción del sentido es la capacidad de plegarse a las prácticas escolares, de transformarlas y de deslegitimarlas.

Ahora bien, esa "extensión" de la teoría de la recepción al campo escolar nos planteó algunos interrogantes vinculados a la relación entre prácticas de recepción televisiva, prácticas escolares y consecuencias institucionales, que nociones tales como "espacios de mediación", "comunidades de apropiación", "comunidad interpretativa" (Orozco Gómez, García Canclini, Martín-Barbero, Verón, etc.;) no pudieron respondernos. La complejidad del problema y la dimensión institucional involucrada nos llevó a indagar en la Teoría de la Estructuración de A. Giddens, tal como lo propone James Lull quien señala de esta perspectiva que "es suficientemente amplia en sus formulaciones para aplicarse virtualmente al estudio de toda actividad social". Mas adelante agrega

" (...) mi entusiasmo por su obra se debe especialmente al hecho de que él enfatiza una variedad de consideraciones que yo encuentro básicas para desarrollar aportes productivos sobre la actividad de las audiencias masivas" (Lull, J. 1992)"

En lo que sigue desarrollaremos algunos de esos elementos que, consideramos, pueden aportar nociones para reconceptualizar los estudios de recepción poniendo especial énfasis en la vinculación entre dimensión institucional y prácticas rutinarias, destacando los rasgos que presenta, en la actualidad, la experiencia mediatizada.

Para ello, en primer término intentaremos señalar, a modo de un mapa, un conjunto de conceptos que ofrecen, a la etnografía de audiencias, la posibilidad de proyectarse a dimensiones macrosociales y vincularlas a la perspectiva microsocial . Finalmente nos detendremos en algunas cuestiones que A. Giddens señala en relación a la modernidad tardía y que pueden considerarse como parte de esas condiciones macrosociales que inciden en la recepción de los medios masivos y que determinan en parte la experiencia mediatizada de los agentes sociales que participan en los distintos escenarios e instituciones sociales.

En líneas generales podemos decir que este conjunto de nociones nos aportó un marco teórico y metodológico particularmente productivo que nos permitió redimensionar nuestra hipótesis inicial. Esta hipótesis señala que la "mediatización" es en la actualidad una condición de producción de las prácticas culturales, razón por la cual, debe ser considerada en el estudio de los distintos escenarios e instituciones sociales como una fuerza hegemónica que transforma, deslegitima y produce nuevas prácticas y sentidos sociales. En último término, lo que queremos señalar es que la "mediatización" no opera en un escenario propio sino que es un fenómeno que participa de la constitución misma de las prácticas culturales que construyen rutinariamente las distintas instituciones de la sociedad.

DESARROLLO

  1. La recepción desde la teoría de la estructuración

 El primer aspecto que debemos señalar es que A. Giddens no distingue entre territorios característicos de la microsociología y la macrosociología, sino que reconceptualiza esa división poniendo el acento en los procesos de estructuración. (Lull, J.1992:51)Estos procesos señalan los modos en que los agentes humanos "cogniscientes e intencionados" construyen cotidianamente las condiciones de los mundos en que habitan. Por lo que su propuesta teórica se dirige a destacar la importancia de la agencia humana en la construcción de las estructuras sociales, las cuales sólo existen y pueden ser reconocidas en los modos en que los sujetos realizan sus prácticas y acciones cotidianas. Este énfasis puesto en la acción de los sujetos resulta en una concepción particular acerca de las estructuras sociales y las dimensiones institucionales. Giddens señala que las estructuras sociales son la dinámica resultante de la articulación de las instituciones de un sistema social, las cuales son constituidas y articuladas entre sí por los agentes sociales en sus interacciones cotidianas. Es decir que no tienen otra existencia más abstracta o determinante que la de ser el producto de las prácticas cotidianas sedimentadas en el espacio y el tiempo.

Si asumimos el planteo anterior, las prácticas de recepción de medios están desde el inicio condicionadas y situadas estructuralmente en relación con las prácticas rutinarias con las cuales se relacionan. Giddens señala que dichos condicionamientos, denominados principios estructurales, organizan el funcionamiento institucional de la sociedad en torno a tres dimensiones: significación, legitimación y dominación. Esas tres dimensiones constitutivamente interdependientes, serían tres modos de organizar las prácticas rutinarias. Si aislamos las prácticas involucradas en la recepción de medios, podríamos plantearlas como pertenecientes al orden de la significación, puesto que hemos dicho que son prácticas de reapropiación de los mensajes. Sin embargo, según lo anterior es fundamental para el análisis vincularlas también a los ordenes de la legitmación y de la dominación, aspectos que los estudios de recepción parecen haber olvidado al destacar la actividad semiótica de las audiencias.

Abrir el análisis a esas dimensiones implica descentrar el estudio de la recepción de medios masivos del microámbito del consumo hogareño para vincularlo a contextos institucionales "extendidos en espacio y tiempo", como señala Giddens. Nuestra perspectiva apunta a señalar que la proyección del acto de consumo a contextos mayores permite relacionar esas prácticas a otras prácticas culturales lo que complejiza el análisis dándole mayor proyección social e histórica.

El siguiente aspecto que vamos a trabajar se refiere a los mecanismos que permiten vincular el estudio de una situación particular de consumo mediático con los ordenes estructurales que la determinan y a los que contribuye a crear. Para ello nos vamos a detener en el teorema de la dualidad de estructura. Este teorema señala que "la constitución de agentes y estructuras no son dos conjuntos de fenómenos independientes, no forman un dualismo sino una dualidad"(ibíd: 63) De ello se desprende la importancia dada a las prácticas sociales realizadas en contextos específicos como las formas a través de las cuales la sociedad produce y reproduce las instancias institucionales. Estas nociones plantean algunas cuestiones para los estudios de recepción que vamos a detallar:

  1. La importancia dada a la interacción plantea la necesidad de registrar cómo los consumidores utilizan sus consumos mediáticos en sus vínculos con otros agentes sociales. Para ello es fundamental considerar los contextos en que realizan esas interacciones, los rasgos que esos escenarios les imponen y los roles y posiciones institucionales a través de los cuales participan. Un aspecto fundamental es definir cómo los consumidores estudiados participan de los procesos de formación de las audiencias masivas y qué relevancia adquieren los consumo mediáticos en los procesos de formación de las identidades culturales.
  2. El énfasis puesto en las rutinas, en tanto son el cimiento a través del cual se consolidan los órdenes estructurales, plantea para los estudios de recepción la necesidad de considerar no sólo la cotidianeidad del consumo mediático sino también las otras prácticas rutinarias con las cuales se entremezclan. De ese modo se complejiza el estudio de la recepción y se puede definir los modos en que esas prácticas específicas inciden en la estructuración de la trama cultural más vasta en la cual los sujetos inscriben sus vidas diarias.
  3. Para Giddens el momento de producción de la acción implica distintos grados de intención y de entendimiento de los agentes, los cuales aprenden reflexivamente de sus actos y de los contextos en los que viven. Para los estudios de recepción esta hipótesis implica considerar que los consumidores pueden expresar a distintos niveles los intereses y las condiciones de sus propias acciones. Esto implica reconocer sus testimonios como material de análisis pero obliga a definir niveles de entendimiento y comprensión de las situaciones y condiciones en las que están implicados. Al respecto el autor señala que lo que los agentes hacen "puede ser por completo desconocido bajo otras definiciones y ellos acaso sepan poco sobre las consecuencias ramificadas de las actividades a que se entregan". (ibíd:63).
  4. El punto anterior señala que el entendimiento humano siempre es limitado a determinados contextos y series temporales porque siempre genera consecuencias no buscadas a la vez que se realiza en condiciones no advertidas para los agentes implicados. Estos dos aspectos son centrales para dar respuesta al interrogante anterior acerca de los mecanismos que vinculan el estudio de una situación particular de consumo mediático con los órdenes institucionales con los cuales se involucra. Si se considera que las prácticas vinculadas al consumo y la recepción (entendida como producción de sentido) generan consecuencias no buscadas por los actores en los contextos cotidianos, el análisis inevitablemente debe abrirse a esos contextos institucionalizados en los cuales se hace posible reconocer los modos en que incide la cultura mediática . Esta perspectiva plantea la problemática de la mediatización y a los modos en que la hegemonía mediática va articulando en torno a sí las prácticas institucionalizadas. Asimismo si se consideran las condiciones no advertidas, en las cuales los receptores consumen los medios, el análisis deberá contemplar las particularidades de los contextos vinculados a la recepción, los condicionamientos institucionales que los rigen y los modos en que se vinculan las dimensiones de la significación, legitimación y dominación.

En líneas generales los puntos anteriores plantean una serie de condicionamientos para los estudios de recepción que reorientan la investigación hacia otros escenarios en los cuales esas prácticas adquieren significación social. Ese cambio de rumbo le quita, tal vez, especificidad a este tipo de investigaciones pero le brinda mayor capacidad de comprensión de los fenómenos involucrados en la mediatización. Esta perspectiva ofrece la posibilidad de definir distintos niveles de análisis según se ponga el énfasis en los aspectos vinculados a los modos de interacción o en aquellos relacionados con las consecuencias institucionales de este tipo de fenómeno. Giddens propone cuatro niveles a partir de los cuales es posible ingresar al problema de estudio:

  1. Elucidación hermenéutica de marcos de sentido
  2. Investigación del contexto y la forma de una conciencia práctica
  3. Identificación de los límites del entendimiento
  4. Especificación de los regímenes institucionales

Estos niveles deben comprenderse a la luz del teorema de la dualidad de estructura por lo que deben considerarse en íntima relación y como aspectos de una trama que suponen implícitamente a los otros.

De un modo general podemos decir que los estudios de "etnografía de audiencias" se han apoyado en los dos primeros niveles pero sin considerar, aunque de un modo implícito a los otros dos. Y en el otro polo podemos situar los estudios de mercado que trabajan sobre el aspecto (4) otorgándole un lugar instrumental al nivel (1).

Desde nuestra perspectiva para los estudios de recepción es de fundamental importancia el nivel (3) denominado "identificación de los límites del entendimiento" por las siguientes razones :

  1. Si bien hemos señalado que en esta perspectiva se considera que los actores se manejan reflexivamente en los contextos de su vida cotidiana, también destacamos que ese entendimiento presenta límites definidos por las consecuencias no buscadas y las condiciones no advertidas de la acción que definen otro marco de comprensión distinto del de los actores. Por esta razón el nivel (3) obliga a considerar los niveles (1) y (2) aportando un enfoque enriquecido de las perspectivas de los actores implicados que redunda en beneficios para la etnografía de audiencias.
  2. No obstante ello, ese cúmulo de saberes - que apuntarán a reconstruir las razones que los actores les atribuyen a sus consumos mediáticos, los usos, beneficios simbólicos, finalidades y representaciones que construyen en torno a ellos- deberán vincularse con condiciones contextuales/institucionales que determinan en parte esas vivencias y que no siempre son conocidas o manejadas por los sujetos (a pesar de ser reproducidas). Esto guiará la investigación hacia los regímenes institucionales involucrados (nivel 4) exigiendo especificar sus funcionamientos, las contradicciones que los dinamizan y los circuitos de reproducción implicados.
  3. El estudio de (3) plantea la necesidad de considerar el nivel etnográfico en la trama de la vida cotidiana de los actores, mas específicamente en la rutinización que es donde las prácticas se sedimentan en instituciones. Para la etnografía de audiencias este aspecto es muy relevante en tanto permite situar los consumos mediáticos en el marco de las rutinas diarias de los agentes investigados proyectando así esas prácticas a otros contextos tales como el trabajo, la escuela, los grupos de pares, las actividades recreativas, etc. Esas "sendas diarias", como las denomina Giddens, son los mecanismos a través de los cuales los procesos de recepción mediática se van constituyendo al "imbricarse" con las prácticas propias de las instituciones por las cuales los sujetos transitan a lo largo del día. Este cruce de prácticas rutinarias en contextos institucionales es central para seguir enriqueciendo los estudios de recepción y son un campo que exige una profundización teórica y metodológica que justifique los lazos que vinculan los efectos culturales del consumo de medios en los distintos campos y subcampos culturales .
  4. Finalmente la consideración del nivel (3) favorece un abordaje "multimetodológico" y, a su vez, "disciplina", en cierta forma, la perspectiva etnográfica, pues la vincula con hipótesis teóricas fuertes (provenientes de los niveles 3 y 4) las cuales dan cuenta, a un nivel más conceptual, de las prácticas y representaciones registradas empíricamente y señalan las dimensiones institucionales/estructurales que esas prácticas constituyen cotidianamente. Esta vinculación reubica los estudios de audiencias en el marco de su incidencia social y estructural brindando la posibilidad de historizar y politizar esas prácticas culturales específicas.

Sintetizando el planteo anteriormente esbozado, remarcamos el aporte epistemológico de la Teoría de la Estructuración para redimensionar los estudios culturales sobre la recepción de medios. Esta teoría comprende los supuestos de base de la perspectiva culturalista, los organiza, los complementa y les ofrece una red articulada que les brinda sustento y proyección teórica e interpretativa.

b. La recepción de medios masivos como "experiencia mediatizada"

 En este último punto nos vamos a detener en algunas cuestiones que A. Giddens señala en relación a la modernidad tardía y que estarían operando en las condiciones de posibilidad y existencia de las prácticas de recepción mediática, tal como las hemos definido en el punto anterior. Es decir, como prácticas culturales que se proyectan desde la copresencia a dimensiones institucionales de la sociedad, definiendo en parte los modos estructurales de significación, legitimación y dominación sociales.

A partir del principio de "dualidad de estructura", Giddens señala el estrecho vínculo que se dá entre la aparición de mecanismos de "identidad del yo" y los nuevos fenómenos que caracterizan a las instituciones de la modernidad tardía. El resultado de dicha vinculación es lo que denomina "experiencia mediatizada". Por este concepto entiende "la intervención en la experiencia humana de influencias distantes en espacio y tiempo" (1996:294). Estas influencias vinculadas al surgimiento de las instituciones de la modernidad, que "deslocalizan" las interacciones entre los sujetos, se encuentran en la actualidad muy ligadas al desarrollo de los medios masivos de comunicación y al desarrollo de sistemas expertos en general. El rasgo central de este proceso es la separación de tiempo y espacio, es decir el desenclave y la relocalización de las relaciones en nuevas dimensiones más dinámicas y abstractas.

Es así que se producen redes de experiencia mediada que al "secuestrar la experiencia" de sus condicionamientos espacio-temporales definidos por el aquí y ahora de la copresencia multiplican las formas de socialización y las transforman en su misma constitución. Siguiendo con el planteo de Giddens, esas nuevas formas de interacción son el vínculo que modela, a la vez que es modelado, por las condiciones institucionales más generales. La "experiencia mediatizada" incide tanto en la constitución del yo como en las dimensiones estructurales.

Las consecuencias de este planteo para los estudios de recepción son de importancia porque plantean una serie de "nuevas formas de interacción y de nuevas formas de subjetividad " que deberán considerarse a la hora de indagar y reconstruir esas prácticas. Al respecto Giddens señala que "la constitución del yo" es particularmente cada vez más una constitución refleja, es decir que él "yo" debe reestructurarse constantemente frente a contextos cambiantes definidos por el "desenclave" y la movilidad. Al respecto señala: " La modernidad es un orden postradicional en el que frente a la cuestión de ¿ Cómo he de vivir? , hay que responder con decisiones tomadas cada día sobre cómo comportarse, qué vestir, qué comer –y muchas otras cosas- además, tal cuestión se ha de interpretar en el despliegue de la identidad del yo en el tiempo" (1994:26)

Los procesos de constitución de audiencias pueden ser analizados a la luz de los beneficios simbólicos que ofrecen al "yo" en su constitución refleja constante. Del mismo modo la recepción de mensajes masivos puede ser conceptualizada como un tipo de estrategia de reflexividad en tanto ofrece datos importantes acerca de los contextos virtuales y de copresencia en los que los agentes participan cotidianamente y ofrece recursos para la construcción de las identidades. En ese sentido los medios, como parte de los sistemas expertos en los cuales la sociedad deposita confianza, funcionarían para los receptores como una forma de "readaptación" y de participación en ciertas dimensiones institucionales distantes en tiempo y espacio.

Esta "participación", que implica necesariamente un tipo de experiencia "virtualmente secuestrada" plantea nuevas identidades y modos de vincularse (por ejemplo el chateo), una transformación profunda de los escenarios de la interacción, diversas temporalidades y cambios en aspectos vinculados a la ética y a los modos de conocer el mundo. Estas cuestiones definen un campo complejo para las prácticas de recepción mediática las cuales ya no pueden ser consideradas sólo como prácticas de interacción entre sujetos copresentes. Las coordenadas virtuales deben ser consideradas y los modos en que se "rearticulan en nuevas regiones espaciotemporales". Respecto a esto último Giddens plantea el estrecho vínculo entre lo local y lo universal como un rasgo determinante de la modernidad tardía y para los estudios de consumo de medios debe ser considerado como parte de las condiciones no advertidas en que se realizan esas prácticas. En ese marco la noción de "universalización" es un aporte importante para revisar los supuestos temporoespaciales vinculados a la etnografía de audiencias que aún están más vinculados a nociones tradicionales relacionadas con la copresencia. Para Giddens la "universalización se ha de entender como un proceso dialéctico en el que los sucesos que se producen en un polo de la relación distante provocan a menudo situaciones divergentes o incluso contrarias en el otro" (1994:35). Este mecanismo complejo, si es considerado para analizar situaciones concretas de recepción, define la necesidad de considerar aspectos más institucionalizados que replantean la índole microsociológica de ese tipo de enfoque. Giddens señala que la universalización y la identidad del yo son dos polos de la dialéctica de lo local y lo mundial y por tanto, desde nuestra perspectiva, deben estar presentes como una dualidad no resuelta en los estudios de recepción.

Asimismo la inevitable reflexividad a que se ve exigida, tanto la "constitución del yo" como los aspectos relativos a la dimensión institucional, señala otro aspecto fundamental para este tipo de estudio en tanto los medios pueden ser reconceptualizados como "medios de orientación y conocimiento" que permiten a los sujetos participar de sus contextos cotidianos de vida. Esos contextos son los que deben revisarse a la luz de estas nuevas posibilidades de "relocalización" y de retemporalización que posibilita la experiencia mediada.

Finalmente queremos señalar cuatro dilemas o tensiones que atraviesan la "constitución del yo" en la modernidad tardía y que, consideramos, deben orientar el análisis de los sujetos de una investigación de audiencias masivas, en tanto están presentes en la conformación de sus identidades:

  1. Unificación frente a la fragmentación: Este aspecto señala la lucha entre las tendencias que generan dispersión y aquellas que plantean la cohesión de las instituciones de la modernidad tardía. En ese marco los medios le brindan al "yo" la posibilidad de acercar acontecimientos lejanos y por tanto de cohesionar las distintas dimensiones de la realidad. Pero por otro son el paradigma que expresa con mayor claridad la dispersión y los múltiples modelos de identidad para el "yo"
  2. Impotencia frente a apropiación: Este aspecto plantea que el desarrollo de sistemas expertos genera cierto sentimiento contradictorio para el "yo" porque, por un lado, hace depositar la confianza en artefactos y saberes extraños pero apropiados y por otro expresa cierto desconocimiento constitutivo, entanto dependen de saberes especializados. En tal sentido, los medios funcionarían como instrumentos que refuerzan las posibilidades de participar en un mundo común lejano porque ofrecen la posibilidad a los receptores de mantener cierto dominio cognitivo (relativo) sobre circunstancias ajenas a la propia localización.
  3. Autoridad frente a incertidumbre : Este aspecto señala la tensión que el yo experimenta frente a la crisis de autoridad , en el sentido tradicional y a la emergencia de una pluralidad de saberes especializados que ofrecen conocimiento puntual y limitado. En relación a esta dualidad los medios movilizan en los receptores ambas características debido a que funcionan como sistemas expertos con conocimientos específicos pero también es importante el rol que cumplen como autoridades legitimas para dar cuenta de la realidad social. En ese sentido la "constitución del yo" se articula en una dulidad de "confianza –desconfianza" reconocimiento-desconocimiento respecto de los medios masivos.
  4. Experiencia personalizada frente a experiencia mercantilizada

La propia constitución del "yo" debe realizarse en circunstancias que la apropiación

personal, las elecciones, la adquisición de los gustos está regulada y sometida a influencias tipificadas y planificadas por el mercado y su dimensión económica.

En el caso de la recepción de medios esta condición económico-mercantil debe ser considerada como un dispositivo previo, como la condición de posibilidad de esas prácticas debido a que son el producto de estrategias comerciales diseñadas desde los medios. Pero también se debe rescatar la dimensión de la interacción donde se negocian y resignifican los mensajes mediáticos.

Finalmente diremos que el conjunto de estos aspectos esbozados en los dos acápites anteriores sólo pretenden marcar algunos puntos en el mapa de la recepción y abrir el camino a futuras investigaciones que se proyecten con mayor capacidad descriptiva e interpretativa.

Eva Da Porta
Centro de Estudios Avanzados de la Univ. Nac. de Córdoba