Bernardo Alberto Houssay,

Primer Premio Nobel Científico Argentino

La distinción, otorgada en 1947, convirtió al sabio en el primer Nobel en ciencias en América Latina. Nació en Buenos Aires un 10 de abril de 1887, día que, años después, se instituyó como "del Investigador Científico". Creó y fue el primer presidente del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Falleció en la misma ciudad el 22 de setiembre de 1971.

El pensamiento de Houssay
* "Convencido de la importancia de la investigación, decidí dedicarme a ella. Expuse esas ideas en mi tesis, en 1911, y luego en decenas de artículos y conferencias. En aquel tiempo se consideraba imposible realizarla entre nosotros por supuesta incapacidad racial y falta de un medio adecuado. Sostuve siempre que no hay tipos de hombres privilegiados ni razas inferiores. Siempre creí que muchos hombres pueden hacer lo que hacen otros, si se preparan intensamente y trabajan tenaz y reflexivamente. Nuestro atraso era y es remediable, aunque corregirlo exija un gran esfuerzo".

* "Es importante tener en todo momento una conciencia clara de nuestras posibilidades y adelantos, pero sobre todo de nuestras limitaciones y atraso, y tener la voluntad inquebrantable de contribuir a remediarlas. Considero igualmente dañinos el escepticismo estéril y el patrioterismo jactancioso".

* "Es beneficioso mantener un intercambio científico constante e intenso con los hombres más eminentes y los centros más importantes de las naciones más avanzadas para obtener enseñanzas, emulaciones sanas, estímulos, reconocimientos y ayuda".

* "Debemos cooperar para el adelanto científico de los países de la América Latina, como si fuera el propio. Pueblos de orígenes y problemas semejantes, nuestros destinos, reputación y evolución son, en gran parte, paralelos. El adelanto de uno de ellos beneficia a los otros y repercute favorablemente".

* "Consideré como una misión el consagrarme a desarrollar la investigación científica y formar investigadores en nuestro país. La ciencia no tiene patria, pero los hombres de ciencia la tienen y deben luchar por su adelanto. Creí que esa era mi obligación moral ineludible y por eso no he aceptado en otros países posiciones y medios muy superiores a los que aquí he tenido. Tengo deberes con la ciencia, pero los tengo con mi país".

* "La dedicación a la ciencia es una actividad normal en muchos países, pero entre nosotros ha sido un apostolado difícil por la dificultad en adquirir conocimientos iniciales sólidos, las deficiencias de medios y la incomprensión frecuente del ambiente".

* "Decidí que mi deber consistía en instruir y enseñar para la formación de buenos estudiantes y de docentes e investigadores para nuestro país y las naciones hermanas sudamericanas, sin omitir para ello esfuerzo personal o tiempo".

* "Las dificultades detienen a los débiles y estimulan a los fuertes y tenaces. El trabajo tenaz y concentrado es una fuerza poderosa, como la llama de un soplete que, aplicado en un punto fijo de la plancha más dura de acero, acaba por ablandarla y taladrarla, mientras que si se pasea de un punto a otro no alcanza ni a entibiarla. Quien no trabaja corre peligro de llegar a ser mediocre o parásito o servil. El trabajo proporciona bienestar, eleva la inteligencia y mejora la conducta. Podría decirse: dime lo que trabaja un pueblo y te diré lo que es y será".

A propósito del Nobel de Fisiología y Medicina de 1947
Se le adjudicó por descubrir que la anterohipófisis regulaba no sólo el crecimiento sino también el metabolismo de los hidratos de carbono. Sus experimentos demostraron que las secreciones de la pituitaria estaban íntimamente relacionadas con la diabetes, lo que constituyó un gran paso en la medicina moderna para entender mejor el funcionamiento del organismo humano.

Por Diana Cazaux. "Descubrir Latinoamericano", Año 1, Nro. 10. Selección y adaptación: Lic. Enrique A. Rabe – Área de Comunicación Social del Ceride.

(C) DESCUBRIR LATINOAMERICANO – CERIDE

publicado el 6 de abril de 2002